viernes, 7 de diciembre de 2018

LA CÁSIDA MACSURA DE HAZIM AL-CARTAYÁNNI


Mariano Sanz Navarro

Valgan como introducción a este comentario las palabras del profesor Flores Arroyuelo en su discurso de contestación a Robert Pocklington: “estamos ante un investigador neto, entregado al análisis y al estudio de una encrucijada histórica y lingüística de voces y acciones”. (49)
Refiriéndose a los numerosos datos que el autor del comentario sobre La Casida macsura de Házim al-Cartayánni aporta, asegura Flores Arroyuelo “Junto a esta series de datos, debemos añadir el hecho de que los estudios realizados por nuestro académico, los había fundamentado sobremanera y con sumo acierto en un principio como era el que procuraba la toponimia […] ya que todo su discurso trata de que se comprenda el valor humano de que el lenguaje es poseedor en cada momento (48)
Hazim al-Cartayánni, según nos dice Pocklington, nace en Cartagena donde su padre fue cadí durante más de 40 años, en 1211-12; vive a caballo entre Cartagena y Murcia, emigra al norte de África hacia 1240 y se establece en Túnez donde permanece hasta su muerte ocurrida en 1285. “El largo poema que nos ocupa se conoce como la Casida macsura. Dedicado al emir al-Mustánsir, lo compuso al-Cartayánni con motivo de la restauración de un antiguo acueducto romano” (7).
Su título completo es al-Casida al-alfia al-macsura (La casida de mil versos, rimada en alif macsura), aunque en realidad está compuesta por 1006 versos.

Al Cartayánni vive entre Murcia y Cartagena durante los tiempos turbulentos de la penetración almorávide (1086) que aportan al islam peninsular el sunismo malekí, y la segunda oleada purificadora llegada del desierto mauritano en 1147, los Almohades, que permanecerían en al-Ándalus hasta que fueron sustituidos por los benimerines en 1244. La situación política y la reducción progresiva de los territorios ocupados por los musulmanes, debió influir poderosamente en el estado de ánimo de al-Cartayánni: en a la segunda mitad del poema, que “contiene una larga descripción de la vida placentera y la belleza de los paisajes de su nativa Murcia y Cartagena, termina lamentando que casi todo al-Ándalus está ocupado por fuerzas cristianas”. (7)
Destacan en la Casida macsura, el canto a la naturaleza y a los placeres de la vida al aire libre -refiriéndose a Murcia como “un jardín del paraíso recorrido por ríos”- (8), y la añoranza de los tiempos pre-almorávides en los que al-Ándalus conoció momentos de esplendor y desarrollo extraordinarios. Florecieron sabios y poetas, se celebraban fiestas suntuosas en palacios que imitaban los lujos de oriente y se construyeron profusión de almunias, madrasas y mezquitas.
¡Cuántas exquisitas fiestas nocturnas y plácidas madrugadas en lugares de encuentro que aún perduran en mi memoria! (9)
La casida constituye un documento de gran valor para conocer de primera mano la sociedad de la época, sus costumbres y la intensa relación que al-Hazim mantiene con un entorno que exalta de forma poética haciendo un detallado retrato de los parajes extramuros de la ciudad, las acequias, el Verdolay (al que llama Ayelo), la idílica campiña cartagenera, de la que dice: Pasamos el invierno perfectamente resguardados en un rincón paradisíaco del Campo de Cartagena (10), y su intensa relación con la vida campestre, las excursiones en barca, la caza de cetrería, y toda suerte de esparcimientos propios de la vida muelle y desocupada que llevaba: Repartía mi tiempo entre paisajes que embelesaban la vista y el oído y cautivaban la inteligencia…(15)
No podían faltar las referencias a la mujer, a la que prodiga abundantes galanterías: Allí se miman los ojos de los amantes y se atormentan los corazones de los que enamoran y el de mirada somnolienta aleja el sopor de sus ojos y se resiste a dormir (14),  ni las numerosas referencias toponímicas que asocia con el paso de las tormentas que imagina avanzando a través de la comarca de este a oeste.

En resumen, una pequeña -en extensión, aunque grande en categoría- joya con la que este inglés afincado en Murcia, como al-Cartayánni años atrás, nos regala en cuidada edición de la Real Academia Alfonso X el Sabio.

POCKLINGTON, ROBERT, La Cásida Macsura de Hazim al-Cartayánni, R. Academia Alfonso X el Sabio, Murcia, 2018


   


jueves, 25 de octubre de 2018

PRESTAME UN SUEÑO


                                               
Mariano Sanz Navarro


Acaba de llegar a mis manos en cuidada edición de Raspabook, esta última producción de Marisa López Soria que tengo el placer de reseñar después de Los corazones del pulpo que ya tuvieron su lugar en este blog:
No debe resultar fácil a una escritora adulta recuperar el lenguaje de los tiernos años juveniles, que equivale a interiorizar aquel espíritu del que nos alejamos hace ya tiempo. Ítem más si han pasado unos cuantos años (aunque no tantos) desde que la autora se alejó de ellos, con lo que de evolución del lenguaje juvenil supone. Marisa lo consigue, con naturalidad y frescura envidiables que la hace conectar con las generaciones que ahora pasan por aquella edad añorada, y que constituye la razón fundamental de su éxito, ya que, como dice uno de sus personajes: Somos unas criaturas todavía para ponernos solemnes con esas corsas terribles que se les ocurren a los chinos y a los calderones (109) (Chinos aquí se refiere a Sun Tzu y Calderones al autor de ‘La vida es sueño’).
Obvio referirme a su extensa obra literaria, traducida a numerosos idiomas, que puede consultarse en su web: http://marisalopezsoria.com/, para concentrarme en este ingenioso relato que comienza con el dialogo de unas sardinas constreñidas a la estrechez de una lata.
Si el doctor vienés levantara la cabeza, aprendería más de lo que sabía sobre el tema, contemplando la posibilidad de bucear en los sueños de adolescentes, como propone Marisa en esta ingeniosa aventura, en la que se mezclan habilidosamente apuntes educativos, incipientes aventuras amorosas y la voz de una gata (Castaña) que se permite entrar y salir a voluntad del mundo onírico ingeniado por la autora. Los que sueñan de día tienen conocimiento de cosas que a los que sueñan de noche se les escapan (43), porque cuando los hombres duermen no perciben lo que sueñan como un sueño. Algunos incluso tendrán un sueño en un sueño. Así, únicamente cuando sobrevenga el gran despertar sabremos que esta vida es un gran sueño. Solo los timoratos creen que están despiertos ahora (108). Así exactamente piensan los aborígenes australianos: que la vida presente no es más que un sueño del que despertaremos al pasar a la otra. Y puede que tengan razón, todos los seres vivos que pertenecemos al llamado “reino animal”, incluidos los peces, dormimos de diferentes formas y en diferentes periodos. El sueño, junto con el aire que respiramos (incluidos, aquí sí, los pertenecientes al “reino vegetal), es una de las condiciones más universales de los pobladores del planeta.
Marisa tiene clara la importancia del nivel didáctico de sus escritos y cuela, como de matute, en una narración pretendidamente juvenil (hablamos de chicos/as que basculan alrededor de los 14 años), pero perfecta y divertidamente asequible para adultos, a Descartes, Platón, Freud, Calderón, Juana de Arco, Shakespeare, Einstein, El Quijote, Andersen, El arte de la guerra de Sun Tzu, o Miguel Hernández, con La Traviata de fondo. Por si la siembra cayera en terreno fértil.

A destacar la portada, obra de la pintora Carmen Cantabella, que le añade un plus estético de considerable nivel a la estupenda narración.

LOPEZ SORIA, MARISA, Préstame un sueño, Ed. Raspabook, Murcia, 2015
Encuadernación: Rústica con solapas. Tamaño: 15x 23 cm. Número de páginas: 196 PVP: 15,00 €. ISBN: 978-8-494445-11-8




jueves, 11 de octubre de 2018

LA VOZ OSCURA


Mariano Sanz Navarro

CASTILLO GALLEGO, RUBÉN, La voz oscura, Murcialibro, Murcia, 2018

Que Rubén Castillo escribe bien no es ninguna novedad. Así lo acreditan una quincena de libros publicados, muy bien recibidos por la crítica, alguno de los cuales he tenido el placer de reseñar en este blog, al que se une, con regocijo, este último. Véanse las muestras anteriores:
Sin sorprendernos, sí nos asombra con esta nueva entrega en la que Rubén utiliza un registro en clave provinciana, que nos proporciona el atractivo familiar de lo vecino: el ambiente universitario de una ciudad que tan bien conoce y que a veces denosta a través de sus personajes (siempre hay algo de autobiográfico en todo lo que uno escribe, dicen los que de ello saben): Vivimos en un país de envidiosos. Y en la universidad, mucho más (38), donde un profesor universitario, según nos advierte en la portada, de fama tan poco honorable (es engreído con sus colegas, despótico con sus becarias y demasiado cariñoso con ciertas alumnas), porque la gente en la universidad lo hace todo por ganas de éxito, por dinero o por envidia. Y a veces las tres cosas van mezcladas (40)
Hay en la obra asuntos cotidianos, relaciones universitarias, coqueteos, ordenadores que provocan estremecimientos, amagos de terrorismo; envidias y zancadillas profesionales, cosas normales que rodean la vida de cualquiera de los individuos que transitan por esos ambientes.
De pronto la estable situación se trunca. Aparece “La voz oscura” que nos mantendrá en jaque durante toda la novela. Jaime, el protagonista, es sorprendido por una serie de acontecimientos que lo sacan de la torre de marfil desde la que ejerce su omnipotencia docente, inaccesible a la crítica y mucho más a la opinión adversa. Aparecen una serie de fenómenos que dan al traste con la vida meticulosamente organizada y segura del altivo profesor. Todo su edificio se tambalea sin que, como en las mejores novelas de misterio el lector sea capaz de conjeturar, siquiera remotamente, las razones de la debacle que en algún momento se pueden sospechar  sobrenaturales, tal es el misterio que las envuelve. La trama está conducida con una habilidad en la que van apareciendo las sorpresas de forma tan paulatina que impiden que decaiga el interés de la lectura.
Y hasta aquí puedo contar, si no es para recomendar la lectura de “La voz oscura”, con la que estoy seguro de que el lector quedará atrapado en el buen thriller que contiene.
La edición de Murcialibro, cuidada y cómoda de leer, la portada inquietante como la historia merece. Para los soldaditos descabezados, en su momento se encontrará la explicación en el interior.

Encuadernación: Rústica con solapas. Tamaño: 15,5 x 23 cm. Número de páginas: 186, PVP: 15,00 €. ISBN: 978-84-15516-31-6


martes, 25 de septiembre de 2018

EJECUTAR A OTTO MAYER

                       

Mariano Sanz Navarro

Asoma López Mengual  a este blog de lecturas y opiniones (lo de crítico literario es traje que me queda grande y dejo para autores como Rubén Castillo, mucho más capaz de llenarlo por entero), y se asoma con toda la potencia de esta, su última novela publicada. Conocía otras obras suyas, la desternillante Maldito chino, La pistola de Hilarito, El mapa de un crimen (por cierto relacionada con mi pueblo, Santomera), y otras. Esta me ha divertido, enseñado y complacido.
Se trata de una trama urdida con la meticulosidad reflexiva de una partida de ajedrez que, como en ella, no se resuelve hasta los últimos movimientos, con un final sorprendente e inesperado como en las mejores novelas del detective belga de Agatha Christie. No falta el ingrediente amoroso constituido por un triángulo, en un recorrido serpenteante que, lejos de culminar en el objetivo que se nos presenta al principio, continúa deslizándose, como los meandros de un río, en un devenir sorprendente.
Protagonizada por un personaje entre malvado e ilusorio, con cierta dosis de antihéroe en el que con facilidad podemos reconocernos los que vivimos en la época (1974-80), que aún no habíamos descubierto ominosa. Nos vemos reflejamos en la novela y recordamos aquellos años con el mismo desagrado que en el libro se refleja. “Tú sigues bajo el látigo del señor Gabarrón y España, bajo el del Caudillo". (24)
Entre otras citas ocurrentes, el autor incluye la vieja fábula de Esopo, recogida luego por Platón en su Teeteto, del sabio que de tanto mirar a las estrellas, acaba ignorando el abismo en que se precipita. Lo aplica también a su personaje, esta vez en bicicleta, con una prosa cuidada y culta, como diría el profesor Diez de Revenga “exenta de anacolutos”
No hace falta –como el autor muestra a las claras- situar la acción de la novela en Barcelona, Madrid o NY., para que los personajes sean universales. Pueden ser igual de interesantes ubicados en Murcia capital, Los Ramos, Pulpí o Jabalí Viejo.
Una referencia  al sótano donde se ocultan los “libros prohibidos”, a muchos nos recuerda el lóbrego subsuelo de la añorada “Librería general” en la calle Platería de Murcia, o los armarios bajos de “Aula” donde dormían el sueño de los justos ejemplares prohibidos hasta que a algún cliente de confianza le era permitido interrumpir su vigilia.
¿Novela negra, de intriga, policiaca, misterio, aventuras, rasgos históricos…salpimentada con gotas románticas? Le preguntaban en una entrevista al autor. Tengo que responder que de todo, contesta.
Se trata de “amores, secretos celos, muerte” (47), también de nazis emboscados, policías corruptos, política repugnante y tiempos que no deben olvidarse para jamás repetirlos, pero no me parece adecuado dar más detalles sobre la trama, y sí recomendar vivamente la lectura de esta buena novela, no sin antes felicitar a su autor por este nuevo éxito.
Para otro punto de vista, el de A. Parra: 
http://gomesycia.blogspot.com/2018/10/ejecutar-otto-maier-paco-lopez-mengual.html

LOPEZ MENGUAL, PACO, Matar a Otto Mayer, La Fea Burguesía, Murcia, 2018
Encuadernación: Rústica con solapas. Tamaño: 13,5 x 21 cm. Número de páginas: 272. PVP: 10,00 €. ISBN: 978-84-947994-5-7











viernes, 1 de junio de 2018

EL OTRO LADO



Mariano Sanz Navarro

SERRANO, JUAN, El otro lado, Ed. Tirano Banderas, Murcia, 2018

Alrededor de los días finales de un familiar, Juan Serrano va tejiendo un relato intimista en el que se mezclan anécdotas y experiencias de vida, la suya y la del personaje central del relato.
Como si la presencia de un final esperado que se retrasa una y otra vez fuera premonitorio y aleccionador, el escribiente de un cierto diario- que llama soplillo-, al que la circunstancias lo encadenan, va anotando con cuidadosa atención hechos y reflexiones que la situación le sugiere. La proximidad de la muerte le ofrece excusa para la contemplación de su propio futuro, un futuro inexorable para todos.
Y surge la necesidad de recogerlas por escrito porque “la escritura es como la sangre de nuestro pensamiento” (44) y “conforme la vejez acorta nuestra talla, magnifica nuestras orejas, las engrandece, las estira como si fuesen los pámpanos de los racimos de una vid” (90).
Aunque a veces la escritura le parezca un fraude, pues busca “en las palabras escritas la razón del mundo y solo encuentro garabatos sin alma”  y su escribir devenga en “absurdo y ambivalente, bipolar y contradictorio (45).
Como en todo lo que se escribe, el relato es trasunto de la personalidad discreta y reflexiva del autor: pensamientos y recuerdos desencadenados por la proximidad del final que propician la contemplación de una realidad de la que surge la necesidad de una catarsis inevitable y provechosa. “Florecer donde uno ha sido sembrado y fenecer donde creció” (54)
Quiere dejar fluir las palabra que encabalga el pensamiento, confiando en que “el poder autónomo de las palabras saldría de mi pluma como sale el agua del manantial cansada de aguantar más tiempo bajo tierra” (70). “Más mundo tengo yo de puertas adentro, que pendoneando por diásporas y extrarradios” (99). “Me ha tocado este quehacer, simplemente por ser el marido de su hija” (100).
El relato fluye, prolijo, minucioso y extenso: una huida vana ante la muerte, “si al venir la muerte por nosotros nos ve ocupados, tal vez pase de largo” (81), porque “a la Carmen, más que estar enferma, lo que le preocupa, es ser una inútil, que todos estemos pendientes de ella” (98).
Traza un mosaico de relaciones familiares en el que se van incrustando los diferentes personajes que conformaron el universo de la mujer a la que cuida. Aparecen los recuerdos, vividos o imaginados por el autor, que pueblan los sueños de la anciana. Retazos de su vida desde la infancia menesterosa, momentos malos y buenos, guiños a la desastrosa guerra que dejó inquinas y heridos que lo serán de por vida. “Como si el que escribe fuese un jefe de estación que con su cálamo en alto detuviese la máquina del tiempo”, “escribo porque no quiero que se vaya de mi boca el meloso sabor a berenjenas con queso fundido que Marina hizo anoche para cenar” (139). A pesar de que “ya no sé si lo que escribo es lo que veo o tal vez es fruto de un sueño entre cabezadas (115).

Serrano nos muestra una vez más –ya lo hizo en Lugarde, El robo del siglo, Esta sombra no es mía, 44 mundos a deshoras, y París y Nueva York- su prosa cuidada y minuciosa que hacen la lectura agradable y propicia a la reflexión. La edición cuidada y de agradable lectura. No se la pierdan.






                                                                           

viernes, 18 de mayo de 2018

VISTABELLA, MON AMOUR



Mariano Sanz Navarro

CUBERO LUNA, JOSÉ, Vistabella, mon amour, MurciaLibro, Murcia, 2018


El autor nos presenta en esta colección de relatos, encadenados por una temática común que prima sobre la organización cronológica, una serie de vivencias autobiográficas, continuación de su obra “Memorias de un niño murciano” publicada recientemente por el mismo sello que esta, MurciaLibro.
Se trata de una colección de vívidos recuerdos narrados con una prosa cuidada y rica en matices, que no puede por menos que recordarnos algunos clásicos de la literatura infantil, especialmente ‘Corazón’ de E. de Amicis. Algunos personajes de aquella (Garrone, Robetti, Nelli, Garoffi, etc.) encontrarán un trasunto paralelo en los personajes de Vistabella que el José Cubero nos presenta en esta colección de vivencias.
Entre aventuras-desventuras infantiles, se desliza una documentada relación de hechos históricos que reflejan a la perfección el momento social de la Murcia de los años 50-60. Se trata de un viaje retrospectivo hacia la infancia-adolescencia en la que los de la época se sentirán reflejados, y las generaciones posteriores descubrirán un mundo del que hoy no quedan –afortunadamente en muchos casos, como en la política- demasiados rastros. Aparece, inevitablemente, una descripción de muchos valores del momento (amistad, solidaridad, familia), que los chicos adoptaban insensiblemente, a pesar de constituir un mundo aparte –casi marginal- al de los adultos
La narración se ve notablemente enriquecida por una pormenorizada descripción del ambiente, las calles, el río, los espacios, que proporciona un impacto visual suficiente para recorrer sin dificultad la Murcia de aquellos tiempos y sus pintorescos aledaños que supusieron, según nos relata, un espacio vital y una escuela de vida para él y sus compañeros de trapacerías.
La iglesia, (sobre todo para las mujeres, que la frecuentaban más asiduamente), el futbol y la radio con sus emblemáticas series (Matilde, Perico y periquín, El criminal nunca gana, El Tulipán negro, José Iglesias el Zorro, y tantos otros), aparecen como los únicos medios de actividad lúdica y de evasión a que la sociedad de la época tenía acceso.
Ilustra la cubierta una acertada pintura de José Franco que sitúa al lector en el centro geográfico (La plaza de los patos) de lo que han de ser las peripecias de este “niño murciano” enamorado de su barrio: Vistabella.
La edición, como ya es habitual en MurciaLibro, impecable y fácil de leer.
En resumen, una obra muy recomendable para los amantes de la pequeña historia y los interesados en conocer una parte representativa de la Murcia de ayer.





sábado, 24 de marzo de 2018

PALABRAS Y CAFÉ CON ESCRITORES



Mariano Sanz Navarro

GARCÍA, PASCUAL, Palabras y café con escritores, Murcialibro, Murcia, 2017

A pesar de la poco convencional extensión de esta reseña, las palabras que aquí van, no son sino un pálido y fugaz reflejo de las muchas y muy interesantes que la obra contiene. Y que la hacen altamente recomendable.

Un magnífico trabajo, imprescindible para cualquiera que sienta interés por avizorar el panorama actual de las letras murcianas. Un prolijo esfuerzo del autor, un acierto de Murcialibro y de la ilustradora de la portada, Francisca Fe Montoya que ha sabido captar con su estupendo dibujo el espíritu que las páginas encierran. No se la pierdan.

viernes, 5 de enero de 2018

PROSAS DE ATARDECER

Mariano Sanz Navarro

Este libro de José Cubero Luna (Valencia de Alcántara, Cáceres, 1943) culmina una serie de escritos (El resplandor de la memoria, Sota de bastos, El archivo, Alevín de Franco, Memorias de un niño murciano), que abarcan también la poesía (Extremadura en la distancia) y dan el perfil de un escritor polifacético poseedor de una vena artística que se completa con el dibujo y la pintura en las que destaca de forma notable.
Se trata de un relato intimista, un diario cálido y vital que busca el encuentro consigo mismo, añorando ‘la memoria olvidada’ (46) de la propia infancia, ‘del hombre que mata al niño al olvidar su niñez’ (165), de un escritor que siempre viaja con un libro en la mano, “talismán personal que lo protege, que lo aísla, que lo deja al margen del general descuido y lo sumerge en el mundo mentido de la literatura” (69).
Como en otras obras, es recurrente mirada a la infancia de un autor que “siempre ha anhelado lo pueril, lo banal, lo que no tiene venta material, lo que nada vale para el común denominador de los hombres (61). Se trata, en este caso de las reflexiones de un escritor funcionario, “un aventurero frustrado, oficinista rebelde y soñador empedernido” (132) que podrían habérsenos ocurrido a cualquiera de nosotros: ‘Mi hijo ha logrado que pueda comprender mejor a mi padre’ (46), ‘Debo a la tartamudez una introspección perpetua, yo era el niño que se inventó a sí mismo’ (51). Su mérito estriba en que acierta a poner por escrito cosas que todos sabemos o sentimos pero que no encontramos la habilidad necesaria para plasmarlas de una forma coherente y atractiva.
Hay en este libro una madurez introspectiva que lo distancia de la anécdota vital reflejada en su obra anterior ‘Memorias de un niño murciano’. Aquí se trata de los sentimientos que el autor ha recogido a lo largo de muchos años en una trama que tiene una palpable continuidad.  Hay numerosas referencias culturales que hacen evidente su amplia formación humanística y el acervo acumulado a lo largo de muchos años, con un dominio ágil y plateresco del idioma, en ‘un juego apasionante, tenaz y rocambolesco’ (54) que atribuye a sus muchas lecturas, entre otras de Valle Inclán, y que ejerce él mismo con maestría.
Es, como las Meditaciones de Marco Aurelio, un libro para tener a mano, para echarle una mirada a cualquiera de sus capítulos encontrados al azar, sabiendo que nos inducirá a una reflexión, acerba o plácida, pero siempre cercana y útil.

El dibujo de Guillermina S. Oró refleja el mensaje que se ha de encontrar en el interior, la misma sencillez evocadora de los instrumentos de escritura que serán los mensajeros de la idea del autor, y Murcialibro, en su línea ascendente y cuidadosa en lo que representa el libro como objeto, componen la sinfonía exterior de esta magnífica obra.

martes, 2 de enero de 2018

SARASHINA HEIAN LEE "VAMPIROS Y OTROS RELATOS"

 Vampiros y otros relatos, de Mariano Sanz Navarro

Desde que era una joven lectora me ha gustado el tema literario de los vampiros. No sé si encuentro en esos relatos, algunos ya clásicos, una profunda aspiración humana a la inmortalidad, aunque sea a costa de parecer un murciélago sangriento, en ocasiones espléndido, en ocasiones mustio y animalesco, o por sus connotaciones eróticas, o por simple divertimento, pues si vamos a las creencias, yo no me creo que existan más vampiros que algunos que actúan a la luz del día y chupan la sangre, metafóricamente, de los seres humanos, unos en público a grandes masas desprevenidas y otros en privado a personas cercanas incautas. Quizás esa metáfora constituya el atractivo. Ya que nos van a exprimir, fantaseemos. Confieso que no lo sé a ciencia cierta. 
También hay que reconocer que el tema de los vampiros es considerado un género menor dentro de un género menor también, el de terror. Por eso me extrañó que Mariano Sanz Navarro, un escritor bastante serio, aunque haga gala de humor e ironía, dedicara un libro a este género. Los amigos siempre sorprenden con aspectos desconocidos de su personalidad, en este caso gratamente.
Es el caso que Vampiros y otros relatos de Mariano Sanz Navarro, publicado por Murcialibro este año que ya se acaba, contiene notables cuentos de vampiros, pero también otros que no lo son propiamente. Estos pertenecen a la segunda parte del título: "...y otros relatos". Sin embargo, todos tienen en común dos aspectos que caracterizan a los relatos clásicos de vampiros: la melancolía y el misterio. 
 Los relatos que son propiamente de vampiros en este libro son tres, los tres contados en primera persona desde el punto de vista del afectado de vampirismo, un enfoque que los envuelve de calidez humana dentro de la frialldad del tema. Ellos en realidad creen ser personas normales que tienen una “rareza”, algo que no los aparta del mundo ni del género humano. Los puedes comprender y apiadarte de ellos. En el primero, "¿Vampiros?", un profesional que viaja a Sudamérica es atacado por un murciélago chupasangres. Su deriva hacia el vampirismo es negada una y otra vez a pesar de la evidencia y de las muchas referencias literarias y cinematográficas que le vienen a la memoria. Tal parece que le rebate a un oyente imaginario el hecho de que es un vampiro. 
El segundo relato es entrañable y tierno. ¿Cómo resistirse a un ser que nace con rasgos animalescos y resulta ser un híbrido extraño que se asombra de un verdadero vampiro al que considera “Un tipo raro”. Y el tercero, “Experiencias”, es sin duda el más misterioso. No siempre el vampiro es un tipo gótico. Hay que estar alerta; los vampiros modernos salen por la noche… a bailar en las discotecas. Este relato me hizo acordarme de una película australiana de culto, “Lo que hacemos en las sombras”, la película de vampiros más divertida de la historia del cine. Sólo que el relato de Mariano Sanz Navarro no es divertido, es muy triste en realidad.

Los relatos que vienen a continuación son variopintos, pero realmente interesantes. Homenajes literarios, como “La desaparición del doctor Pasavento” o “El Médano del Loro”, relatos de costumbres, que no renuncian al misterio, como “Leo”, ni a la crudeza de ciertos hechos, como “Broc”. Pero para los melancólicos irredentos, tenemos un paquete especial de recuerdos y anécdotas populares. “Cochise” relata la venganza de un desheredado, “Los feos”, recuerdos de un tiempo lejano de infancia, “Jueves al mediodía” la remembranza del mercado semanal en un lugar emblemático de nuestra ciudad, con un atento observador adolescente. Y así unos cuantos más que harán pasar un buen rato a quien se acerque a su lectura.

Personalmente, recomiendo el descubrimiento de Mariano Sanz Navarro como narrador de piezas breves. Es que no quiero decir cuentista, no vaya a ser que me lo tome a mal. Le tengo muchísimo aprecio, como persona y como escritor.

El texto original puede verse en el blog de Sarashina: