Mariano Sanz Navarro
Valgan como introducción a este
comentario las palabras del profesor Flores Arroyuelo en su discurso de
contestación a Robert Pocklington: “estamos ante un investigador neto,
entregado al análisis y al estudio de una encrucijada histórica y lingüística de
voces y acciones”. (49)
Refiriéndose a los numerosos datos
que el autor del comentario sobre La
Casida macsura de Házim al-Cartayánni aporta, asegura Flores Arroyuelo
“Junto a esta series de datos, debemos añadir el hecho de que los estudios
realizados por nuestro académico, los había fundamentado sobremanera y con sumo
acierto en un principio como era el que procuraba la toponimia […] ya que todo
su discurso trata de que se comprenda el valor humano de que el lenguaje es
poseedor en cada momento (48)
Hazim al-Cartayánni, según nos dice
Pocklington, nace en Cartagena donde su padre fue cadí durante más de 40 años,
en 1211-12; vive a caballo entre Cartagena y Murcia, emigra al norte de África
hacia 1240 y se establece en Túnez donde permanece hasta su muerte ocurrida en
1285. “El largo poema que nos ocupa se conoce como la Casida macsura. Dedicado al emir al-Mustánsir, lo compuso
al-Cartayánni con motivo de la restauración de un antiguo acueducto romano”
(7).
Su título completo es al-Casida al-alfia al-macsura (La casida
de mil versos, rimada en alif macsura), aunque en realidad está compuesta por
1006 versos.
Al Cartayánni vive entre Murcia y
Cartagena durante los tiempos turbulentos de la penetración almorávide (1086)
que aportan al islam peninsular el sunismo malekí, y la segunda oleada
purificadora llegada del desierto mauritano en 1147, los Almohades, que
permanecerían en al-Ándalus hasta que fueron sustituidos por los benimerines en
1244. La situación política y la reducción progresiva de los territorios
ocupados por los musulmanes, debió influir poderosamente en el estado de ánimo
de al-Cartayánni: en a la segunda mitad del poema, que “contiene una larga
descripción de la vida placentera y la belleza de los paisajes de su nativa
Murcia y Cartagena, termina lamentando que casi todo al-Ándalus está ocupado
por fuerzas cristianas”. (7)
Destacan en la Casida macsura, el canto a la naturaleza y a los placeres de la
vida al aire libre -refiriéndose a Murcia como “un jardín del paraíso recorrido
por ríos”- (8), y la añoranza de los tiempos pre-almorávides en los que al-Ándalus
conoció momentos de esplendor y desarrollo extraordinarios. Florecieron sabios y
poetas, se celebraban fiestas suntuosas en palacios que imitaban los lujos de
oriente y se construyeron profusión de almunias, madrasas y mezquitas.
¡Cuántas
exquisitas fiestas nocturnas y plácidas madrugadas en lugares de encuentro que
aún perduran en mi memoria! (9)
La casida constituye un documento
de gran valor para conocer de primera mano la sociedad de la época, sus
costumbres y la intensa relación que al-Hazim mantiene con un entorno que
exalta de forma poética haciendo un detallado retrato de los parajes extramuros
de la ciudad, las acequias, el Verdolay (al que llama Ayelo), la idílica
campiña cartagenera, de la que dice: Pasamos
el invierno perfectamente resguardados en un rincón paradisíaco del Campo de
Cartagena (10), y su intensa
relación con la vida campestre, las excursiones en barca, la caza de cetrería,
y toda suerte de esparcimientos propios de la vida muelle y desocupada que
llevaba: Repartía mi tiempo entre
paisajes que embelesaban la vista y el oído y cautivaban la inteligencia…(15)
No podían faltar las referencias a
la mujer, a la que prodiga abundantes galanterías: Allí se miman los ojos de los amantes y se atormentan los corazones de
los que enamoran y el de mirada somnolienta aleja el sopor de sus ojos y se
resiste a dormir (14), ni las
numerosas referencias toponímicas que asocia con el paso de las tormentas que
imagina avanzando a través de la comarca de este a oeste.
En resumen, una pequeña -en
extensión, aunque grande en categoría- joya con la que este inglés afincado en Murcia, como al-Cartayánni
años atrás, nos regala en cuidada edición de la Real Academia Alfonso X el
Sabio.
POCKLINGTON,
ROBERT, La Cásida Macsura de Hazim
al-Cartayánni, R. Academia Alfonso X el Sabio, Murcia, 2018
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