viernes, 18 de mayo de 2018

VISTABELLA, MON AMOUR



Mariano Sanz Navarro

CUBERO LUNA, JOSÉ, Vistabella, mon amour, MurciaLibro, Murcia, 2018


El autor nos presenta en esta colección de relatos, encadenados por una temática común que prima sobre la organización cronológica, una serie de vivencias autobiográficas, continuación de su obra “Memorias de un niño murciano” publicada recientemente por el mismo sello que esta, MurciaLibro.
Se trata de una colección de vívidos recuerdos narrados con una prosa cuidada y rica en matices, que no puede por menos que recordarnos algunos clásicos de la literatura infantil, especialmente ‘Corazón’ de E. de Amicis. Algunos personajes de aquella (Garrone, Robetti, Nelli, Garoffi, etc.) encontrarán un trasunto paralelo en los personajes de Vistabella que el José Cubero nos presenta en esta colección de vivencias.
Entre aventuras-desventuras infantiles, se desliza una documentada relación de hechos históricos que reflejan a la perfección el momento social de la Murcia de los años 50-60. Se trata de un viaje retrospectivo hacia la infancia-adolescencia en la que los de la época se sentirán reflejados, y las generaciones posteriores descubrirán un mundo del que hoy no quedan –afortunadamente en muchos casos, como en la política- demasiados rastros. Aparece, inevitablemente, una descripción de muchos valores del momento (amistad, solidaridad, familia), que los chicos adoptaban insensiblemente, a pesar de constituir un mundo aparte –casi marginal- al de los adultos
La narración se ve notablemente enriquecida por una pormenorizada descripción del ambiente, las calles, el río, los espacios, que proporciona un impacto visual suficiente para recorrer sin dificultad la Murcia de aquellos tiempos y sus pintorescos aledaños que supusieron, según nos relata, un espacio vital y una escuela de vida para él y sus compañeros de trapacerías.
La iglesia, (sobre todo para las mujeres, que la frecuentaban más asiduamente), el futbol y la radio con sus emblemáticas series (Matilde, Perico y periquín, El criminal nunca gana, El Tulipán negro, José Iglesias el Zorro, y tantos otros), aparecen como los únicos medios de actividad lúdica y de evasión a que la sociedad de la época tenía acceso.
Ilustra la cubierta una acertada pintura de José Franco que sitúa al lector en el centro geográfico (La plaza de los patos) de lo que han de ser las peripecias de este “niño murciano” enamorado de su barrio: Vistabella.
La edición, como ya es habitual en MurciaLibro, impecable y fácil de leer.
En resumen, una obra muy recomendable para los amantes de la pequeña historia y los interesados en conocer una parte representativa de la Murcia de ayer.





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