miércoles, 3 de agosto de 2022

RELATOS DE INESPERADOS FINALES


Francisco Javier Díez de Revenga Torres.

Decididamente Mariano Sanz Navarro (Murcia, 1943) es un excelente escritor de cuentos, y lo ha vuelto a demostrar en su último libro, Los otros, que acaba de publicar en Wroclaw, el sello editorial Desde el Asilo, en una elegante edición al cuidado de Maye Bobadilla con portada diseñada por Maricarmen López Molina sobre una expresiva fotografía de Frederic Volkringrer.

Son ya varias las entregas de relatos breves que han precedido a este volumen, y en todas ellas mostró imaginación y calidad, indagando siempre en el ámbito de los complejos límites del género cuento. En Los otros su narrativa vuelve sobre espacios que le son predilectos desde el punto de vista argumental y escenográfico. Ambientes muchas veces insólitos que nos muestran personajes en momentos cruciales de su existencia, cuando sus pensamientos y sus decisiones los conducen a finales de sorpresa, a compulsivas conclusiones que, desde el punto de vista literario, son impecables, pero lo son aún más, y muy impactantes, desde el punto de vista psicológico.

Es la conjunción perfecta que el narrador logra cuando algo tiene que contar y ese algo es de interés. Y todo lo consigue con su excelente soltura expresiva, su riqueza en la representación de los matices intelectuales que van definiendo a sus criaturas, pero sobre todo en la elegancia expresiva y en la fertilidad léxica y semántica. Si a esto se añade su capacidad para representar, con nitidez y fidelidad psicológica, a los personajes creados y sus reacciones, se confirma el perfecto dominio de los ingredientes básicos e imprescindibles de un buen producto narrativo.

Dieciocho son los cuentos que reúne en esta ocasión, dieciocho historias presididas por la variedad de situaciones y sobre todo por la diversidad de soluciones y de finales. Por supuesto, vuelve a estar presente en la colección el cuento surrealista, fantástico y casi de terror, que llega hasta el absurdo pero que conmueve por su enigmática permanencia en el tiempo. Recupera también el cuento costumbrista enraizado en recuerdos de adolescencia y casi de infancia, cuando el pecado era aún pecado. Y más aún vuelven las historias familiares de convivencia en la senectud, pero también de abandono y de despego, tan habituales en la sociedad presente.

Sin duda, en todas estas historias manifiesta el narrador una severa reacción ante la injusticia del olvido. Expresivo y rico en imaginación se muestra cuando en la frontera entre la vida y la muerte, entre la existencia y el destino final, desarrolla argumentos que superan los límites de lo natural y aspiran a la recreación de un mundo necesariamente ignoto. Solo con su capacidad para imaginar representaciones y escenarios increíbles, logra Mariano Sanz atravesar fronteras desconocidas pero convincentes en su realidad para el lector.

Y vuelve a hacerse presente en esta colección otra de las especialidades de Mariano Sanz Navarro, otra de sus inquietudes siempre presente, su interés por la infancia y la adolescencia, en relación con el proceso educativo y la formación del ciudadano, que naturalmente se ve relacionado con el inefable espacio de los recuerdos escolares de aquellos colegios de los años increíbles del siglo pasado, sin que por parte del narrador se produzca un ajuste de cuentas o un intento de censura de aquellos años indelebles. Más bien le interesan los escenarios para sus argumentos y sobre todo para revestir de realidad alguna de sus imaginaciones más extremas, hasta el punto de que criaturas con su propia historia puedan llegar a sorprender a su lector con inesperados finales, consecuencia clara de su capacidad creadora.

Tales visos de realismo e incluso de costumbrismo, no impiden que en algunos relatos, contando con las capacidades imaginativas de que Mariano Sanz dispone con largueza, se superen los límites de lo racional y una y otra vez se traspase el mundo de la realidad al de la imaginación imparable y desbocada. Siempre con la seguridad de que los argumentos y los personajes existan en su verosimilitud y alcancen esos finales, en los que Mariano Sanz se muestra una y otra vez certero, entre recuerdos de adolescencia e imaginaciones de memorias desde un presente hostil, carente del más mínimo interés.

De nuevo podrá advertir el lector en esta colección de cuentos otras de las cualidades más genuinas de Mariano Sanz: su decidida piedad cuando, en sus relatos, los más débiles son engañados por los más fuertes, y surjan estás opresiones en los ambientes más diversos: en el familiar, en el educativo o escolar o, en general, en cualquier faceta de la convivencia humana. De manera que la perversión se ve desenmascarada en algunas de estas historias con la sanción correspondiente, y desenmascarada en los espacios de ficción por este escritor siempre singular que es Mariano Sanz Navarro.

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3 comentarios:

  1. Excelente comentario del que fue mi profesor de literatura en mi carrera hacia mi querido amigo Mariano

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  2. Es muy bonito ver que un antiguo compañero de clase en el Instituto Alfonso X escribe cosas tan maravillosas del buen hacer de otro amigo.

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